domingo, 31 de mayo de 2015

Clases de filosofía

Pienso que en esta entrada no se trata ni de ser pelota ni de intentar ser el más chulo, simplemente hay que ser objetivo y decir con sinceridad lo que nos parecen las clases.

Para empezar, el primer día de clase lo recuerdo como que Enrique fue el que mejor supo acercarse a nosotros, sabía perfectamente como hablarnos y que decirnos.
A lo largo del curso Enrique nos ha ido enseñando un montón de conocimientos, tanto de filosofía como cultura general, además bastantes, que falta nos hacía.
Sus clases a mi siempre se me han hecho muy amenas y llevaderas, a parte de que siempre me lo he pasado bastante bien y las clases me interesaban, él hacía que me interesasen, por su forma de ser y de explicar. Porque sabe explicar y sabe como hacer su asignatura interesante.

Un lunes es totalmente diferente si a primera hora en lugar de tener cualquier otra asignatura se tiene filosofía con Enrique. El lunes no dejaba de ser lunes pero se veía diferente, empezabas la semana con más energía, más vitalidad, más alegría.
El último examen práctico que hicimos fue único, ¿a quién se le ocurre un martes a las ocho y media de la mañana ponernos una canción de los pitufos? La verdad es que fue un puntazo y al ver que era una canción y no un texto de algún autor mi alivio fue inmenso. Además, tenemos día de pastelitos, ¿que más se puede pedir?
Mi única "queja" es que tengo una pregunta desde la segunda evaluación y no me la quiere contestar. Pero tranquilo, se que algún día me contestaras y sabré el porqué. Menos mal que la esperanza es lo último que se pierde.

Finalmente quiero darle las gracias porque nos ha enseñado una asignatura nueva y nos ha gustado, por lo menos a mí. Se que si hubiera tenido a otro profesor seguramente no habría sido lo mismo.
Menos mal que al principio he dicho que no se trataba de ser pelota, pero sinceramente esta ha sido mi visión durante todo el curso de la clase de filosofía y de mi profesor.

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